La naturaleza no es solo nuestra principal fuente de vida, la que nos provee el oxigeno, el agua, y los diferentes recursos esenciales que necesitamos para nuestra subsistencia. Según el investigador japonés Joshifumi Miyazaki, los entornos naturales son el lugar donde los humanos han pasado el 99,9 % de su evolución, en este y otros estudios se ha resaltado nuestro vínculo a nivel psicológico y fisiológico con la naturaleza y se ha comprobado que pasar tiempo inmerso en ella mejora nuestra salud a nivel físico, mental y emocional.
Miyasaki, dice que estos datos podrían explicar por que nos sentimos mejor cuando sincronizamos nuestros ritmos con la naturaleza y por que ahora más que nunca debemos generar espacios para conectar con ella y salir del automatismo y el estrés que nos genera el ritmo de vida que llevamos en la actualidad.
Los niños tienen una capacidad innata e intuitiva de conectar con la naturaleza, ellos más que nosotros buscan conocer y aprender del mundo a través de los sentidos. Ellos necesitan la libertad que les provee la naturaleza para explorar y poder crear sin normas preestablecidas ni de manera direccionada, en un entorno que esta vivo y sin limites.
Actualmente, los niños y jóvenes están sufriendo altos niveles de ansiedad, estrés y depresión y una de sus principales causas es que pasan la mayor parte de su tiempo en espacios cerrados y conectados a aparatos electrónicos.
A pesar de las ventajas que tiene la tecnología para acceder a la información y conectarnos unos a otros a nivel global, estar en la naturaleza se convierte en una necesidad para conectar con nosotros mismos, con nuestras habilidades intrínsecas, con nuestras motivaciones y gustos, con nuestra respiración, con nuestro cuerpo y con nuestra creatividad.
Al estar en la naturaleza, aunque sea por periodos cortos de tiempo, cerramos la llave al constante flujo de información que estamos recibiendo a diario y conectamos con el momento presente y con la sabiduría que nos rodea y que nos ha inspirado desde el inicio de nuestra evolución como seres humanos.
En muchos lugares del mundo se ha comenzado a trabajar por promover y aprovechar los parques urbanos y los espacios verdes para contribuir a una sociedad sana. En Japón, en particular, dan gran valor a esto y han creado la práctica del “Shinrin-Yoku” o Baño de Bosque como una forma de permanecer en contacto con la naturaleza.
A continuación, comparto una breve guía para realizar un baño de bosque en familia y una actividad divertida que permitirá cerrar esta experiencia a través del juego y recordarla por siempre.
Pasos para tu primer baño de bosque en familia:
* Para la actividad es necesario recolectar algunos elementos.
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