Somos individuos únicos cargados de una potencia singular. Llevamos dentro una sabiduría y una energía que es solo nuestra. Contamos con infinitas ideas, capacidades y talentos con los que no cuenta nadie más. Y como a veces no encontramos las palabras ni las acciones para expresarlos o le tenemos miedo a lo que pudiera llegar a ocurrir si lo hacemos, entonces, lamentablemente, preferimos callarnos.
Nos privamos a nosotros mismos de vivir una vida rica y satisfactoria y privamos a los demás de eso que solo nosotros llevamos dentro. Escogemos seguir el flujo de la vida que nos prometen vale la pena vivir. Una vida donde encajas porque cumples con los estándares de otros y donde al menos superficialmente eres feliz.
Y, en definitiva, eso es algo que todos tenemos en común. Todos queremos encajar, sentirnos parte de algo mayor, de una comunidad, de un grupo y todos queremos ser felices ¿Pero a costa de qué? ¿Y qué tanto estamos limitando nuestras vidas y nuestro potencial en esta carrera constante por buscar la perfección?
Me atrevo a pensar que somos más que eso, más que un concepto de cómo deberían verse nuestras vidas. Me atrevo a pensar que lo más importante es como se sienten nuestras vidas, cómo se sienten en el momento presente y qué podemos sacar de esto. Reconocer, sentir y aceptar toda la gama de emociones, incluso aquellas desagradables, como el miedo o la tristeza, es lo que nos garantiza vivir en paz, conectar con nuestra creatividad, ser auténticos y explorar nuestro verdadero yo.
Puede parecer contraproducente, pero la realidad es que nuestras vidas no son lineares, por el contrario, están siempre influenciadas por los cambios y la inestabilidad, no podemos luchar contra esto. Podemos aceptar lo que ocurre dentro nuestro, vivirlo con gratitud y permitir que fluya por nuestro cuerpo para inspirarnos y oxigenarnos. Cada emoción que aparece en nuestro recorrido por la vida es un regalo, es una nueva oportunidad para conocernos, explorarnos y expresarnos. Cada una de ellas sirve como fuente inagotable de inspiración y creatividad.
“¿Qué es una emoción? Es muchas cosas a la vez, es un estado de alerta comportamental, que varía desde el sueño profundo hasta la actividad intensa, es también un estado fisiológico (o corporal) que puede medirse por medios físicos de varias clases. Al mismo tiempo es una experiencia (algo qué sentimos) y una expresión (algo que mostramos en nuestra postura y en nuestra expresión facial). Finalmente (…) es una fuerza motivadora que determina las cosas por las cuales luchamos o las que tratamos de evitar” (Morgan, 1969).
Para mí, la fuente más poderosa de intuición y la base para el autoconocimiento y la transformación. Así que la próxima vez que sientas el impulso de acallar o apagar eso que te acompaña en determinado momento, recuerda que:
Hoy te invito a conectar con tu momento presente, con aquello que sientes ahora, con eso que te está movilizando o bloqueando, con eso que eres en este momento, sin juzgarlo. Tómalo como tu realidad y abrázalo. Abrázate a ti mismo y celebra aquello que eres ahora, aunque parezca fuera de lugar, desorientado o desordenado, es hermoso, es tuyo y es lo que te hace único.
A continuación, te recomiendo recursos para inspirarte y aprender herramientas prácticas que te permitirán llevarlo a tu día a día: